Los casos de racismo y otras formas de discriminación no siempre son tan evidentes como solían ser anteriormente. Las personas pueden comunicar pensamientos racistas de forma más sutil, o incluso subconsciente, que los expertos denominan ahora como microagresiones raciales.

Las microagresiones raciales no son solo acciones verbales. Las acciones y los comportamientos también pueden comunicar ideas racistas hacia las poblaciones objetivo. Estos comportamientos a veces no son intencionados, pero aun así pueden ser perjudiciales para los demás.

En este artículo, definimos las microagresiones raciales y analizamos cómo responder a ellas con habilidad.

a black man talking to a white man and showing how to respond to racial microaggressionsShare on Pinterest
Las microagresiones raciales pueden ser verbales o de comportamiento.

Las microagresiones raciales son acciones breves que comunican insultos raciales hostiles, irrespetuosos o negativos hacia grupos objetivo.

Estas acciones pueden ser intencionadas o no, y las personas pueden comunicarlas de forma sutil.

Algunos ejemplos de microagresiones raciales son:

  • asumir que las personas de color son “peligrosas” o “pervertidas”
  • tratar a las personas de color como muestras u objetos
  • asumir que las personas de color son menos inteligentes o capaces que los blancos no hispanos
  • criticar los valores culturales de la gente de color, como la comunicación, el comportamiento y la forma de vestir

Los expertos definen tres tipos de microagresiones:

  • microataques
  • microinsultos
  • microinvalidaciones

Microataques

Los microataques se producen cuando las personas se comportan de forma discriminatoria, pero no tienen la intención explícita de ofender a alguien.

Una persona puede creer que los demás no se dan cuenta de sus acciones o que estas no son perjudiciales porque no tenían intención de ser racistas.

Algunos ejemplos de microataques son:

  • referirse a alguien como de color
  • utilizar descripciones raciales
  • desalentar las interacciones interraciales
  • servir a una persona blanca antes que a alguien de color
  • contar un chiste racista y terminar con un “solo estaba bromeando”.
  • llevar ropa o mostrar una bandera confederada

Microinsultos

Los microinsultos son otra forma de microagresión sutil en la que las personas comunican involuntariamente mensajes discriminatorios a los miembros de los grupos objetivo.

En comparación con los microataques, los microinsultos son mucho menos evidentes, pero igual de perjudiciales.

Estos microinsultos verbales y de comportamiento son perjudiciales porque las personas quieren elogiar.

Un ejemplo de microinsulto racial que puede experimentar una persona negra es que alguien le diga que es “tan elocuente”.

Hacer cumplidos racistas en las redes sociales o en las aplicaciones de citas en línea son otros ejemplos.

Las personas pueden decir cosas que parecen ser cumplidos, pero transmiten la idea junto con estereotipos raciales negativos. Por ejemplo:

  • Decirle a alguien que es hermoso para ser un (inserte aquí la raza/etnia de la minoría no blanca).
  • Sorprenderse en exceso, aunque sea agradablemente, de la capacidad de alguien, por ejemplo decirle a una persona asiática: “¡Vaya! Eres muy bueno conduciendo”.
  • Decirle a alguien: “¡Vaya! Hablas muy bien inglés”, como si esperaran que no pudiera hacerlo.

Microinvalidaciones

Las microvalidaciones niegan la realidad de lo que viven los miembros de las poblaciones objetivo.

Una persona blanca que le dice a una persona negra que no importa el color de la piel o que el racismo no existe, invalida las realidades raciales.

Invalidar la realidad de la discriminación que sufren los grupos objetivo es perjudicial.

Una encuesta de 2017 reveló que alrededor del 25 por ciento de las personas de raza negra afirman haber experimentado discriminación, lo cual perciben a diario.

Varios estudios demuestran el impacto negativo de estas microagresiones raciales en la salud mental y física:

  • Una encuesta realizada en 2020 reveló que el 84 por ciento de los afroamericanos encuestados en Estados Unidos afirmaron que se enfrentan a “mucha o bastante” discriminación racial. Además, el 62 por ciento de los encuestados afirmó que los negros se enfrentan a “mucho o bastante” racismo.
  • En 2017, una encuesta reveló que el 45 por ciento de los afroamericanos experimentaron discriminación racial al intentar alquilar un apartamento o comprar una casa.
  • Un estudio de 2014 con 506 participantes demostró que las microagresiones raciales predecían negativamente la salud mental. También asoció las microagresiones con síntomas de depresión.
  • Un estudio anterior de 2012 demostró que los estudiantes universitarios que experimentan microagresiones pueden beber en exceso o desarrollar otros problemas relacionados con el alcohol.
  • Otro estudio muestra que las mujeres negras que ocupan puestos de trabajo con un “mayor prestigio profesional” pueden sufrir un trauma por las microagresiones. Un caso común de microagresión racial fue el de la “invisibilidad”, por la cual, los colegas no las reconocían en absoluto.

El trauma racial es otro efecto de las microagresiones raciales que da lugar a heridas traumáticas ocultas.

Los expertos describen las heridas traumáticas ocultas como:

  • devaluación internalizada
  • devaluación del sentido de sí mismo
  • la falta de voz interiorizada

Estos efectos pueden provocar daños fisiológicos, psicológicos y emocionales.

Las personas que son víctimas o testigos de microagresiones raciales pueden tener dificultades para saber cómo responder.

En primer lugar, la persona puede necesitar reflexionar sobre si la acción fue una microagresión.

En segundo lugar, la persona debe decidir si actúa o no. La decisión de actuar puede provocar discusiones, actitudes defensivas, negaciones o microagresiones adicionales.

Si la persona decide no actuar, puede sentir arrepentimiento, resentimiento y tristeza.

Un investigador que estudia los efectos de las microagresiones sugiere un proceso de tres pasos para responder a las microagresiones raciales. El proceso consiste en responder a las tres preguntas siguientes:

1. ¿Se produjo esta microagresión?

Algunos comportamientos y acciones racistas pueden no parecer obvias, y una persona puede cuestionarse si en realidad se ha producido una microagresión.

Si otra persona es testigo del comportamiento o la acción, puede ser útil verificar y validar si la microagresión se produjo.

Si la microagresión se produjo en privado, la víctima podría buscar el apoyo de sus seres queridos o de grupos de redes sociales.

2. ¿Debería responder a esta microagresión?

Si la víctima cree que se ha producido una microagresión, debe sopesar los riesgos y las consecuencias de responder o no. Algunos factores a tener en cuenta son:

  • ¿Existe riesgo de peligro para la seguridad física?
  • ¿Se pondrá la persona a la defensiva y discutirá?
  • ¿Cómo afectará la confrontación su relación con esta persona?
  • ¿Habrá arrepentimiento si la persona decide no responder?
  • ¿No responder transmite que la microagresión es aceptable?
  • ¿Es la relación lo suficientemente valiosa como para merecer una respuesta?

3. ¿Cómo debería responder a esta microagresión?

Si la víctima decide responder a la microagresión, debe reflexionar sobre la mejor manera de hacerlo. Las personas pueden responder de diferentes maneras:

Una respuesta pasivo-agresiva

Esto podría implicar hacer una broma o un comentario sarcástico para comunicar su molestia y enfado hacia el agresor. Sin embargo, esta forma de respuesta podría causar más conflictos.

Una respuesta proactiva

Una persona que experimenta microagresiones de forma regular puede responder gritando al agresor. Para algunos, este tipo de respuesta es terapéutica, ya que puede liberar sentimientos reprimidos de estrés y agitación. Sin embargo, de nuevo, podría causar más conflictos.

Una respuesta asertiva

Una persona también puede reaccionar de forma asertiva dirigiéndose con calma al agresor sobre cómo le han hecho sentir sus acciones y comportamientos. Las respuestas asertivas pueden educar.

Es importante ser claro, objetivo y asertivo cuando se responde a una microagresión. Aun así, en algunos casos, el agresor puede ponerse a la defensiva, pudiendo así provocar más microagresiones.

Una respuesta comunicativa

Una persona podría responder al agresor afirmando que sus acciones son racistas, pero sin etiquetar a la persona como racista.

La víctima de la microagresión debe declarar que es consciente de que, tal vez, la microagresión no era intencionada, pero que sigue siendo racista e hiriente, y explicar por qué.

Esto puede fomentar una comunicación eficaz sin estar a la defensiva.

Una respuesta ingeniosa a las microagresiones raciales puede ayudar a educar a las personas en sus acciones. El agresor puede darse cuenta de cómo está comunicando las microagresiones raciales.

Las respuestas ingeniosas pueden ayudar a las personas a reconocer las luchas que existen, y evitar la negación de que las microagresiones son perjudiciales.

Dicho esto, no debería corresponder a los negros, indígenas y personas de color educar a los blancos sobre los comportamientos racistas. Esto podría ser una carga y un costo para este grupo objetivo al sentir que tienen que ser ellos los que influyan en el cambio.

Responder con ingenio puede aliviar la ira, la ansiedad y la depresión que las personas asocian a las microagresiones racistas.

Cuando las personas responden a las microagresiones, evitan interiorizar sus sentimientos de infravaloración. Encuentran su voz.

Por otro lado, responder a una microagresión también puede hacer que las personas de color se sientan mal y tengan que reconocer a qué se enfrentan en la sociedad.

Las respuestas ingeniosas y la educación de las personas pueden efectuar el cambio cuando todos comparten la carga, tanto las personas de color como los blancos.

Al responder a una microagresión racial, puede ser útil no atacar al perpetrador.

Este enfoque puede evitar nuevas microagresiones, que pueden ser consecuencia de responder a una microagresión con algo más agresivo y menos comprensivo.

Después de responder a una microagresión racial, las personas podrían necesitar apoyo.

Por ejemplo, después de responder a una microagresión en el lugar de trabajo, una persona puede confrontar a la persona y presentar una queja. Los seres queridos o las personas que sufren una discriminación similar también pueden ofrecer apoyo.

Procesar las emociones propias sobre las microagresiones raciales puede ayudar a las personas a manejar los problemas de salud mental que pudieran surgir.

Habla con el profesional de salud mental adecuado puede evitar la acumulación de sentimientos negativos y perjudiciales, y los problemas de salud mental.

Las microagresiones raciales son comportamientos racistas que los expertos clasifican como microataques, microinsultos y microinvalidaciones.

Aunque las microagresiones pueden ser comportamientos racistas más sutiles que evidentes, siguen siendo perjudiciales para las víctimas.

Las víctimas de microagresiones corren el riesgo de sufrir ansiedad, depresión y otros efectos mentales.

Si una persona decide responder a una microagresión, los expertos sugieren pensar en la mejor manera de hacerlo. También hay que ser precavido y estar seguro de que es prudente responder antes de tomar cualquier forma de acción.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 2 de julio de 2022.

Versión original escrita el 27 de julio de 2020.

Última revisión médica realizada el 27 de julio de 2020.